Residentes en Acapulco se las arreglan solos ante la falta de ayuda despues de Otis
Acapulco, Mexico — En Acapulco, una ciudad sin agua, electricidad ni gasolina, donde desde el paso del huracan Otis se ha permitido, e incluso animado, a la gente desesperada a llevarse articulos de primera necesidad de los comercios dañados, el policia estatal Raul Gallardo vigilaba una montaña de excedentes.
Gallardo explico la distincion que han hecho las autoridades — en algunos casos — para determinar que se puede llevar y que acaba en su pila.
La gente puede agarrar “lo que se puede consumir”, como agua, atun o mayonesa, pero no se permite sacar articulos caros, como electrodomesticos, afirmo girandose para señalar los frigorificos que tenia detras. “Lo que no esta dentro de la canasta de productos basicos, no se puede llevar”.
A pesar de las promesas del gobierno de que la ayuda estaba en camino a lo grande, la gente no espero.
Los desesperados residentes de Acapulco vaciaron las tiendas mas grandes de la ciudad en tres dias. No fue un fenomeno aislado en un vecindario concreto ni se realizo al amparo de la oscuridad, sino que fue algo generalizado y a la vista de las autoridades, que reconocieron que no tenian recursos ni, en la mayoria de los casos, la voluntad de intervenir.
Esto es, en parte, el resultado de una reaccion gubernamental retrasada por el fortalecimiento historicamente rapido de un meteoro que nadie anticipo que pasaria de ser una tormenta tropical a un catastrofico huracan de categoria 5 en apenas 12 horas. Tambien es la continuacion de la estrategia de las autoridades federales de abordar los problemas — violencia del narcotrafico, desastres naturales — con personal, pero no necesariamente con las herramientas para resolver la situacion.
Al menos 27 personas fallecieron a causa de la tormenta, pero cientos mas seguian buscando a sus seres queridos el viernes.
Gallardo se mostro evasivo sobre si los articulos que el y otros policias y soldados de la Guardia Nacional estaban custodiando en un estacionamiento situado en un cruce de una avenida principal habian sido incautados o abandonados por su peso.
Habia cajas y cajas de cerveza, un gran sillon reclinable de color morado, una silla de escritorio con ruedas, un asiento rosa y botellas y botellas de whisky escoces.
El presidente, Andres Manuel Lopez Obrador, reprendio suavamente a la poblacion que no se excediese el viernes.
No es que las baldas de los comercios estuviesen vacias, es que, algunos casos, las propias estanterias y las escaleras que permitian a los empleados reponer los productos en ellas, habian desaparecido.
Por toda la ciudad se podia ver a gente empujando carros de la compra llenos de productos. Habia articulos de gran tamaño amarrados a los techos de los autos. Un hombre en una motocicleta tiraba de un trineo improvisado cargado de lo que parecia ser ropa de cama por una calle llena de lodo.
No habia gasolina, no porque no hubiese combustible, sino porque no habia electricidad para hacer funcionar los surtidores. El viernes, cientos de personas se agolpaban en el exterior de un supermercado en un vecindario obrero de la costa donde unos hombres rompieron una de las bombas y estaban llenando las botellas de plastico vacias que llevaba la gente.
La mayoria de las familias buscaban agua de forma ansiosa y algunas dijeron que estaban racionando su suministro. El suministro municipal estaba paralizado porque el sistema de bombeo no tenia electricidad.
A lo largo del paseo maritimo de la turistica ciudad, los grandes almacenes y las tiendas de comestibles quedaron arrasadas, primero por el huracan y luego por los residentes. Y si la ayuda del gobierno, en forma de prestamos, no se materializa pronto, muchos negocios tendran que cerrar.
Lopez Obrador anuncio el viernes que su gobierno esta trabajando en una propuesta para apoyar financieramente al sector hotelero y comercial que sufrio daños en mas del 80% de la infraestructura.