Libaneses vuelven a localidades cerca de frontera con Israel en cese del fuego
Kfar Kila, Libano — Una tensa calma reinaba en la zona fronteriza del sur del Libano el sabado, segundo de los cuatro dias de un cese del fuego entre Hamas e Israel, mientras que las localidades que se habian quedado vacias de residentes volvieron a la vida, al menos brevemente.
Las tiendas reabrieron, los autos volvian a transitar por las calles y una familia posaba para fotografias frente a unas letras de colores brillantes que decian “Yo (corazon) Odaisseh”, en una localidad fronteriza, con la tensa frontera como telon de fondo.
Cerca de 55,500 libaneses fueron desplazados por los combates entre el grupo miliciano libanes Hezbollah y las fuerzas israelies desde el principio de la guerra entre Israel y Hamas, de acuerdo con la Organizacion Internacional para las Migraciones.
Los combates han dejado a mas de 100 personas muertas en el Libano, incluyendo a mas de una docena de civiles —tres de ellos periodistas— y a 12 personas en el lado israeli, entre ellas cuatro civiles.
Aunque Libano y Hezbollah no estan involucrados oficialmente en el cese del fuego entre Israel y Hamas, la medida ofrece una pausa temporal a los intercambios diarios de cohetes, artilleria, bombardeos y ataques aereos. Algunos libaneses aprovecharon la pausa para revisar sus casas dañadas o recoger sus pertenencias.
Otros regresaron con la esperanza de quedarse.
Abdallah Quteish, un director escolar jubilado, y su esposa, Sabah, huyeron de su casa en la localidad de Houla —que tiene una posicion militar israeli justo al otro lado de la frontera— en el segundo dia de los enfrentamientos. Se quedaron con su hija que vive en el norte, dejando su querido huerto de olivos justo cuando empezaba la temporada de cosecha.
Regresaron a su casa el viernes y hallaron un huerto donde los olivos sin cosechar se estaban secando.
“Nos perdimos la temporada, pero estamos bien… y eso es lo mas importante”, dijo Sabah. “Si Dios quiere, nos quedaremos en nuestra casa si la situacion sigue asi”.
Otros no estaban tan optimistas.
En el lado occidental de la frontera, en la localidad de Marwaheen, Khalil Ghanam habia llegado el sabado para empacar lo que quedaba de su cafeteria en un camino fronterizo y llevarselo a Beirut.
La cafeteria ha estado cerrada desde el 13 de octubre, el dia en que un ataque israeli cerca de Alma al-Shaab mato a Issam Abdallah, periodista de Reuters, e hirio a otras seis personas. Los proyectiles tambien cayeron junto a la cafeteria, dejando restos destrozados de lo que solian ser sus asientos al aire libre.
“Decimos que si Dios quiere nada malo pasara, pero la situacion actual es complicada, y como yo lo veo, nos dirigimos a un periodo complicado”, señalo Ghanam.
Pero algunos nunca abandonaron sus hogares.
En Kfar Kila, el herrero Hussein Fawaz hurgaba el sabado entre los restos carbonizados de su casa, impactada por un ataque aereo dos dias antes. No habia nadie dentro en ese momento, pero los muebles, libros de texto y productos domesticos de la familia quedaron destruidos.
Fawaz habia enviado a su esposa y a sus tres hijos a casa de unos familiares poco despues del comienzo de la guerra, pero el se quedo en la localidad porque sus padres se negaron a marcharse. Aun no tiene planes de irse.
“¿Adonde iriamos? Esta es nuestra tierra y nuestro hogar. Nos quedaremos aqui”, dijo. “Nadie sabe lo que pasara, pero esperamos que las cosas se estabilicen y la guerra termine”.
La calma general del cese del fuego se vio salpicada por momentos de tension dispersos. El ejercito israeli indico el sabado por la tarde que sus defensas aereas interceptaron un “objetivo aereo sospechoso” que entro en el espacio aereo israeli desde Libano y que habia derribado un misil lanzado desde Libano contra un dron israeli.